Cómo reparar una mala reputación

¿Tu reputación está dañada? No es fácil recuperar o repararla (por eso es tan importante proteger tu reputación). A veces, la pérdida de tu reputación se debe a causas ajenas a ti, por rumores o mentiras. A veces se deben a errores que has cometido. Mantener tu bien nombre nunca es fácil, pero se puede hacer con paciencia, determinación y perseverancia.

Pasos

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   Conoce a tus verdaderos amigos. No te defiendas contra las mentiras, especialmente con tus amigos de verdad. Basta con decir que esas cosas no son ciertas. Recuerda que tus amigos de verdad no se van a creer esas mentiras que alguien anda diciendo sobre ti, y aquellos que no te conozcan pueden creer esas mentiras en un inicio. Si eres paciente y estás dispuesto a demostrar tu valía, incluso aquellos que no te conozcan bien dudarán de esas mentiras.
   
   
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   No te defiendas de los chismes y no participes en los murmullos de los demás. Si alguien ha dicho alguna mentira que te afecta, a menos que sea una situación en la que puedas justificar tu acción, no digas nada o di lo menos posible. Si comienzas a explicarte, la gente puede malinterpretarte y pueden comenzar a tomar partido, con lo que al final puede ser contraproducente. Es mejor dejar morir al chisme por sí mismo, como casi siempre ocurre cuando algo es falso.
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   Levántate de tus propios errores y hazlo luego bien. Si has hecho algo insensato que desearías no haber hecho (debido a que tu reputación está quebrada) piensa en las maneras de repararlo. Puedes, en primer lugar, reconocer que has hecho algo mal y pedir disculpas. Es difícil hacerlo, pero es necesario. Sé humilde y sincero. Luego, trata de hacer cosas buenas para la gente, ayudar en alguna parte, ser un buen amigo o compañero. Para reparar tu reputación deberás hacer muchas cosas buenas, además de ser más prudente en tus actos. De esta forma, la gente oirá más cosas buenas que malas sobre ti.
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   Busca ayuda. Si te has metido en serios problemas, cuéntaselo a alguien que te pueda ayudar. Pueden ser tus padres, un consejero religioso, un profesor de confianza o incluso un desconocido en linea. Piensa, sin embargo, que siempre hay una salida a tiempo.
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   Tienes que saber que todo el mundo comete errores. Recuerda que en pocas semanas o meses, en la mayoría de los casos, nadie se acordará de tus fechorías, ya que estarán demasiados ocupados con sus propios problemas. Nadie es perfecto, todos vivimos y aprendemos de nuestros errores, y tratamos de hacerlo mejor a medida que aprendemos. No te castigues demasiado, pero que no se te olvide lo que ocurrió y lo difícil que ha sido recuperar tu reputación.
   
   

Consejos

• Date un tiempo para hacer las paces. Con demasiada frecuencia cometemos un error y luego queremos borrarlo de inmediato. Por desgracia, las cosas no funcionan de esa manera, es por eso por lo que es necesario proteger tu reputación con cuidado.
• Una vez que hayas restaurado tu reputación, es necesaria protegerla. No permitas que la gente difunda mentiras sobre ti, y en lugar de decir simplemente que has oído a alguien decir esas mentiras, trata de buscar la fuente de esas noticias falsas. Una vez hecho esto, confronta esas mentiras y pídele explicaciones a la otra persona. Una vez sepas de donde provienen las mentiras, podrás poner fin a esa situación por completo.
• Recuerda que es muy difícil probar un hecho negativo. Cuando alguien dice que tú hiciste algo, es difícil probar que no lo hiciste, a menos que alguien lo sepa a ciencia cierta (porque estaba en ese momento preciso en el que se supone que tú hiciste algo que no debías). En lugar de tratar de probar o refutar ese incidente, limítate a afirmar tu inocencia. En el futuro, ten mucho cuidado de mostrar tu carácter, de modo que cuando alguien te escuche decir que tú no hiciste eso el oyente no llegue a pensar algo así como "eso no suena como Luis, algo debe haber hecho...". Mantén la calma en todo momento y comunícate sin emitir sobresaltos.

Advertencias

• No puedes hacer algunas cosas bien. A ciertas personas no les va a satisfacer las disculpas, pues en su lugar prefieren jugar a ser víctimas y a caracterizarte como un villano. En esos casos, es mejor seguir adelante.