En una reciente visita a la ciudad de México, invitada por
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Rebecca Cook, especialista en
derechos humanos internacionales y cuestiones de género, elaboró un interesante
análisis de los estereotipos que imponen cargas morales a las personas o les
niegan beneficios sociales. En esta entrevista, la catedrática de Leyes de la
Universidad de Toronto describe la naturaleza de los prejuicios más comunes, su
articulación a partir de estereotipos prescriptivos, restrictivos o negativos,
y sugiere las formas idóneas de desmantelarlos con el fin de erradicar las
prácticas discriminatorias que padecen diversos sectores de la sociedad,
particularmente las mujeres y las minorías sexuales Carlos Bonfil
Profesora Cook, ¿cuáles son los estereotipos básicos que
ubica usted en la sociedad y de qué manera pueden conducir a la discriminación?
Entre los diversos tipos de estereotipos que existen en la
sociedad, figuran los estereotipos prescriptivos que requieren que los miembros
de dicha sociedad actúen de ciertas maneras. En lo que se refiere a las
mujeres, cada sociedad maneja códigos de modestia, castidad y obediencia.
Algunos de estos códigos son muy sutiles, otros son más explícitos. Por
ejemplo, la sociedad musulmana exige que las mujeres se cubran la cabeza con un
velo, otras sociedades piden que la mujer lleve zapatos de tacón alto con el
fin de transformarlas en objetos sexuales. Cada sociedad espera entonces que la
mujer se comporte de un modo determinado. Y cuando ellas no lo hacen, se
exponen a menudo a una represalia. Pero estos estereotipos prescriptivos varían
mucho según se trate de mujeres jóvenes, pobres, adolescentes o maduras. Hay
por supuesto muchos tipos de estereotipos compuestos.
¿Qué consecuencias pueden tener estos estereotipos sobre las
personas?
Se habla de consecuencias cuando los estereotipos imponen
una carga o niegan algún beneficio. Se trata entonces de formas de
discriminación que las sociedades tiene la obligación de remediar. Bajo el
convenio internacional que marca la eliminación de todas las formas de
discriminación contra las mujeres, convenio que México ha firmado, existe la
obligación de eliminar los estereotipos negativos que imponen una carga sobre
las mujeres o le niegan beneficios. Por ejemplo, si una mujer no actúa de una
manera determinada, puede llegar a tener alguna desventaja laboral. Esta es una
forma en la que el estereotipo actúa en contra de las mujeres.
¿Se puede considerar que establecer estereotipos es parte de
la naturaleza humana?
Efectivamente, es parte de la naturaleza humana. Todos
establecemos estereotipos o hemos sido estereotipados. Lo hacemos para
describir, para generalizar, para juzgar muy rápidamente a las personas; sin
embargo, la vida es mucho más compleja que eso. También tenemos estereotipos
para prescribir identidades, como en el caso de las mujeres, de las que
esperamos cierto tipo de conducta, tienen que actuar como madres, como amas de
casa, y cuando no lo hacen se exponen al castigo de la sociedad. A los hombres también los castiga la sociedad
cuando no actúan de acuerdo con el estereotipo de ser los proveedores del
sustento en el hogar. Si los hombres desean quedarse en casa y cuidar de los
niños, la sociedad lo reprueba. Esto quiere decir que cuando se actúa en
sentido inverso a los estereotipos o a las normas de género, surge una
reprobación social por ese tipo de conducta. Establecemos así estereotipos para
describir, para prescribir y también para etiquetar a las personas, para señalarlos
como “otros”. Cuando la gente es diferente a nosotros, lo que hacemos es marcar
su “otredad”, los etiquetamos, los volvemos diferentes. Esto es un prejuicio y
una acción malintencionada. Lo hacemos porque los juzgamos diferentes a
nosotros, y para lidiar con ellos los colocamos en cajas negativas.
¿Qué papel juegan los medios de comunicación en esta tarea
de prescribir estereotipos y restringir los derechos de las personas?
Los medios pueden jugar un papel muy importante en el
desmantelamiento de los estereotipos. Pueden mostrar cómo hombres y mujeres, o
subgrupos de mujeres, son tan humanos o valiosos como cualquier individuo o
comunidad. Cuando los medios muestran, en cambio, a las mujeres en formas
demasiado estereotipadas, les niega la posibilidad de actuar de modo no
estereotipado. Por el enorme poder institucional que tienen en la sociedad, es
importante que los medios promuevan la tolerancia, la dignidad, y una ética de
respeto hacia las personas, y que también nombren e identifiquen los estereotipos
negativos para mostrar con ello de qué manera la sociedad llega a etiquetar y
marginar a las personas, y a promover prácticas discriminatorias.
¿Qué importancia tiene la televisión en la preservación de
los estereotipos negativos?
La televisión puede hacer algo más que perpetuar formas de
violencia física e intelectual contra las mujeres. Puede proponer imágenes
positivas de mujeres con capacidad de decidir, mujeres intelectualmente
fuertes, mujeres profesionistas, mujeres lesbianas, mujeres maduras, mujeres de
diversos orígenes étnicos y sociales. Mostrar esta diversidad femenina sería
una forma de desmantelar los estereotipos negativos que afectan a las mujeres,
y también a los hombres, y sería sin duda una gran contribución cultural a la
sociedad.
¿Cómo percibe usted en México el contraste entre una capital
con una legislación avanzada en materia de derechos reproductivos y sexuales, y
el resto del país donde el marco legal aún sustenta, en muchos casos, las
prácticas de discriminación y los estereotipos negativos?
Me parecen muy interesantes los avances en la ciudad de
México, desde la ley sobre el aborto hasta la del matrimonio gay y la adopción,
leyes apoyadas por la Suprema Corte de Justicia. Se trata de ejemplos
excelentes de promoción de la tolerancia que buscan garantizar que la gente de
todas las procedencias pueda desarrollarse plenamente. Ignoro los detalles
precisos de lo que sucede en Guanajuato con mujeres encarceladas por abortos
involuntarios, pero en términos generales dicha situación corresponde muy bien
a un triste modelo que prevalece en el mundo entero. El caso de Guanajuato
ilustra la manera en que los estereotipos negativos afectan a mujeres pobres o
indígenas que no pueden acceder a un proceso justo. Sus juicios son parecidos a
los que sufren otras mujeres en diversos países, donde en especial las mujeres
pobres no gozan de la garantía de una primera presunción de inocencia, sino que
atraviesan una situación donde la evidencia se construye en contra de ellas, a
partir de estereotipos negativos. Con el respaldo del Estado, se selecciona una
evidencia en contra de ellas, cuando la ética legal requeriría que la defensa
disponga de evidencias a favor de las mujeres, algo que a menudo no sucede. En
el caso de los embarazos indeseados, existe ya un estigma que se refleja en la
manipulación prejuiciada de evidencias negativas y en el manejo de estereotipos
negativos.
Un ejemplo emblemático es la decisión de la Corte
Interamericana de los Derechos Humanos en el caso del campo algodonero en Ciudad
Juárez. Varias mujeres desaparecieron en esa ciudad y cuando sus madres
solicitaron justicia se les respondió en formas muy estereotipadas. Cuando
ellas pidieron que la policía investigara la desaparición de sus hijas, ésta
les respondió de modo negativo. En una decisión del año pasado, La Corte
Interamericana nombró e identificó los estereotipos negativos que manejó la
policía cuando rechazó las quejas de las madres diciendo que dos de las tres
mujeres desaparecidas y asesinadas en el campo algodonero habían actuado de
manera promiscua. La policía decidió entonces no investigar. La Corte señaló
que en ese caso la subordinación de las mujeres podía asociarse con prácticas
basadas en la persistencia de estereotipos de género, mismos que se exacerbaban
al incidir, implícita o explícitamente, en las políticas y prácticas de la
policía. Un caso como éste muestra la manera en que los estereotipos negativos
y hostiles impiden el acceso de la mujer, sobre todo de la mujer pobre, a una
buena impartición de la justicia.
¿Qué opina del estereotipo en la práctica judicial que hace
de la víctima la responsable de la tragedia que padece, como el caso de una
mujer violada a la que se responsabiliza del asalto sexual que ha sufrido?
En Canadá tuvimos el caso de una mujer que fue molestada
sexualmente durante una entrevista laboral, y la corte liberó al agresor. Al
mismo tiempo, de modo contrario, un ministro de justicia en Québec nombró un
tipo de estereotipo al señalar que las mujeres no viven en un estado de
consentimiento perpetuo al sexo, por lo que es indispensable demostrar en casos
de agresión sexual un consentimiento explícito al mismo. En otro caso, una
mujer fue agredida sexualmente y el defensor acudió a la Suprema Corte, la que
negó la liberación del agresor y reenvió la sentencia para que en un nuevo
juicio se exigiera a los jueces que, al realizar su trabajo, se mantuvieran
libres de prejuicios y estereotipos negativos.
La reciente decisión de la Suprema Corte de Justicia en
México de autorizar la adopción de menores por parte de parejas del mismo sexo,
abrió el debate sobre si era necesario proteger a los niños o si se debía
reconocer la capacidad de estas parejas de educarlos convenientemente. En su
opinión, ¿qué papel juegan los estereotipos en esta discusión?
No sé de ninguna persona gay que no sea capaz de amar a un
niño de la misma forma en que lo hace una pareja heterosexual. Una pareja gay
tiene la misma capacidad, en ocasiones una capacidad mayor, que una pareja heterosexual
para educar a un niño. Intentar fabricar estereotipos hostiles para las parejas
gay sólo muestra una indisposición a entender su estilo de vida. Lo importante
para un niño es vivir con una familia que le proporcione amor y cuidados, algo
que las parejas gay pueden hacer de igual modo que cualquier otra.
Un elemento más en el debate fue la idea de que los niños
debían identificarse con roles sexuales establecidos y no apartarse de este
modelo único, so pena de difuminar o perder su propia identidad. ¿Qué opina al
respecto?
Se ha argumentado a través de diversos estudios que un niño
que crece en el seno de una familia ajena a los estereotipos negativos, será
más liberal y libre de crecer como quiera, de hacer sus planes y tomar
decisiones propias. En ocasiones el niño crecerá más libre en una pareja gay, y
por regla general, mostrará más tolerancia y respeto hacia la vida de los
demás.
¿Percibe usted un aumento o una disminución en la influencia
de la religión organizada en la construcción de los estereotipos negativos o en
las prácticas de discriminación?
La decisión de algunas religiones organizadas de impedir que
las mujeres puedan ser ordenadas obispos o sacerdotes, muestra simplemente el
deseo de negarles el acceso a posiciones de liderazgo. No se les reconoce la
capacidad de organizarse y ser líderes con otras mujeres que tienen fe, algo de
lo que son perfectamente capaces. Se les niega de entrada, a partir del uso de
estereotipos negativos, toda posibilidad de competir (en el sacerdocio, episcopado
o papado) con otros hombres y gozar de los mismos derechos.
Se habla también del interés de la jerarquía religiosa de
oponerse a cualquier avance en materia de derechos sexuales.
Es el caso de las jerarquías religiosas en muchos países que
combaten los derechos sexuales y reproductivos. Es lo que yo llamo una
inquisición de los tiempos modernos y que consiste en imponer a las mujeres
ciertos roles de género, preservando para los roles masculinos ciertas parcelas
de poder. Será interesante ver lo que sucederá en Inglaterra y saber si las
mujeres pueden llegar ahí a ser obispos. Debo decir que me decepcionó
enormemente la decisión reciente del Vaticano de castigar a quienes intentan
ordenar a las mujeres como sacerdotes con la misma severidad con que se castiga
a los sacerdotes que abusan sexualmente de los menores. Es algo escandaloso.
¿De qué modo pueden los estereotipos negativos representar
un obstáculo para el libre acceso a los servicios de salud pública?
Cuando, por ejemplo, las mujeres requieren de la
autorización de sus esposos o de sus padres para tener ese libre acceso. El
estereotipo señala que las mujeres son incapaces de tomar decisiones médicas,
cuando en realidad son tan capaces de hacerlo como los hombres. Lo único que
las mujeres requieren es disponer de una información científica apropiada para
tomar sus propias decisiones en temas tan delicados como los derechos
reproductivos. Bajo un código de ética, se debe respetar la libertad de las
personas y su autonomía, y no tomar como pretexto la pretendida vulnerabilidad
de las mujeres para negarle el acceso a situaciones médicas como la
interrupción voluntaria del embarazo.
¿Piensa usted que las personas que viven con VIH son hoy
menos vulnerables que hace diez años y que pueden enfrentar con mayor éxito
situaciones de estigma o discriminación?
La discriminación persiste y las sociedades tienen mucho qué
hacer para poder desmantelar los estereotipos hostiles. Estos estereotipos
siguen muy vivos y tenemos que esforzarnos por impedir que obstaculicen el
acceso de las personas con VIH/sida a los servicios de salud pública. En Canadá
se discute en la Suprema Corte de Justicia la conveniencia de proporcionar
agujas limpias para prevenir la infección por HIV entre usuarios de drogas
intravenosas. Quienes se oponen a esta estrategia de salud pública lo hacen a
partir precisamente de estereotipos negativos.
Finalmente, ¿cuáles son las formas idóneas para poder
desmantelar estos estereotipos?
Estas formas tienen que ver básicamente con la educación que
nos permite incrementar nuestra conciencia respecto a los estereotipos. Es
preciso nombrarlos y articularlos, e identificar sus consecuencias dañinas,
tanto en la familia como en el sector educativo, en el del empleo y la salud.
No es necesario esperar a que una Corte Interamericana nombre los estereotipos
negativos (como en el caso del campo algodonero de Ciudad Juárez) para
combatirlos. Uno puede hacerlo desde ahora y mostrar de paso hasta qué punto
son una violación a los derechos humanos y, en última instancia, una verdadera
enfermedad social.
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